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El asesinato del presidente municipal de Chilpancingo se da en un momento de cambio del gobierno federal y previo a la presentación de la estrategia de seguridad de la huésped de Palacio Nacional.
En el plano nacional el grupo delincuencial aprovecha la inercia de la estrategia del tabasqueño: "abrazos y no balazos", para hacerse presentes y reiterar su dominio territorial, para hacer valer la herencia otorgada por el gobierno, a cambio de mantener una pax narca en la región.
Con ese anuncio oficial, impera el chantaje y la impunidad en la cosa pública y en la vida económica del municipio.
En otras palabras, no se mueve la hoja de un árbol sin el consentimiento del grupo delincuencial.
Para los guerrerenses y en particular para Chilpancingo la violencia es parte de su cotidianidad.
El discurso gubernamental, son llamados a misa, ayer del PRD; hoy, de morena, provocando que el grupo delincuencial se empodere.
Y se traduzca en un gobierno de facto al imponer sus reglas.
En ese contexto se da el asesinato del presidente municipal de Chilpancingo.
A pesar de los mensajes de violencia en contra de la autoridad municipal, el gobierno estatal y federal prefirieron actuar como el changuito: no veo, y expresar condolencias para cubrir el expediente.
La doctora Sheinbaum no tuvo la empatía ni para los deudos, ni para los guerrerenses.
A diferencia del fallecimiento de la maestra Ifigenia Martínez al acudir al sepelio para dar sus condolencias.
Esta conducta pública de la huésped de Palacio, será porque el presidente municipal de Chilpancingo era aliancista, de ahí su indiferencia.
Hubiera sido distinto si el presidente municipal fuera de morena.
A pesar de la gravedad que vivía Chilpancingo, la presidenta Sheinbaum no le dio el espacio requerido, optó en su mañanera dar a conocer su estrategia de seguridad, sin ser prioridad Guerrero.
Dejando en la orfandad no solamente a la población, sino a la clase política local a merced del grupo delincuencial.
En esa perspectiva oficial, la "nueva" estrategia de seguridad tiene más tintes políticos que abocarse a lo que ellos mismos plantean: “Vamos por los generadores de violencia".
A una semana del asesinato del presidente municipal de Chilpancingo, el gobierno federal, muestra más suspicacias por atender la violencia en Guerrero.
Su interés está en respaldar a los suyos, la foto de presentar un Culiacán en armonía es el ejemplo de ello.
Circunstancia que muestra ante los hechos de violencia en los primeros días del gobierno de la huésped de Palacio, no cuestionar ni evidenciar la estrategia de su jefe, aunque esto implique que México siga a la buena de Dios y bajo el control de los grupos delincuenciales.
Al tiempo.