Sinaloa
En la prepa 5 tuve un amigo puro Sinaloa, José Luis Leyson Castro, de Guasave. Él fue tesorero y yo secretario de la Sociedad de Alumnos, la presidente fue Rosalinda Núñez Perea, a quien conocí desde la secundaria. La idea fue combatir la violencia de la porra por medio de una sociedad de alumnos con apoyo de la administración escolar que lidiara con los golpes y abusos del Chainé, del Toro, de Archundia y demás porros de La Portales, que se adueñaron un tiempo de la prepa, a través de una estrategia de fomento de actividades culturales y deportivas, de inclusión académica y méritos en la organización estudiantil.
Cobraban derecho de piso a los más jóvenes y robaban en la cafetería a quienes podían. Los porros son estudiantes y a veces ex estudiantes que usan la violencia y el vandalismo para imponer sus intereses, participan regularmente en peleas, agresiones, extorsiones y son irreverentes a las autoridades, a los estudiantes y a maestros y maestras.
Pues en su contra formamos el grupo citado con inspiración Sonora-Sinaloa. Éramos teóricos pacifistas hasta cierto punto, o hasta que nos colmaban el plato. Un día saliendo de una clase fílmica de Biología, en un auditorio frente a la cafetería, se me ocurrió apagar la luz para ayudar a ordenar la salida de dos grupos mezclados. Con la euforia temática sobre dónde vienen los niños y las formas modernas de cuidarse, uno reclamó a otro y yo intervine. La bronca entonces fue contra mí y yo contesté con desdén al adversario. Entonces se engalló, me dijo algo así como: ‘si te parezco poco te la verás con mi primo’. Y el primo era Archundia, un porro mucho más fuerte y violento que yo.
Total, que a la salida Archundia me retó a golpes y en un dos por tres me tiró al piso, se disponía a patearme y entonces un amigo hermano de entonces me cubrió y evitó la patiza, mientras otro amigo hermano, también de entonces, sacaba sus mejores cualidades de Mantequilla Nápoles y nos defendió.
A otro compañero, en cambio, le dio un vahído y se desmayó. Otro corrió y a varios los llevaron a la enfermería para curarles heridas con sangre. La batalla campal se paró en parte por el grupo de Leyson, los amigos de Sinaloa y los jugadores de americano, amigos de mi primo Paco que era muy respetado en la prepa.
Leyson se llevó una cachetada que lo honró por su ecuanimidad al no responder y se firmó una paz tácita preparatoriana entre la porra y la Sociedad de Alumnos, a cuyo frente una mujer era respetada y con ella todas las estudiantes de nuestra prepa. Consolidamos el Sonora-Sinaloa chilorio power.
Alfalfa, vacas y caca arriba la Facultad de Coapa.
Después supe que mataron al Toro y al Archundia en otro pleito en Arquitectura, donde nadie los había llamado. Que en paz descansen.
He visitado el estado de Sinaloa varias veces en mi vida. Una vez bajando de Sonora después de admirar San Carlos con mi hija adorada Andrea y su novio y futuro esposo llegamos ya tarde a Mazatlán y encontramos Los Arcos ya cerrados. Alguien nos recomendó un restaurante en la playa para cenar.
Casi a la media noche Andrea me despertó porque se sentía mal. Al rato sonó el teléfono, Raúl, quien sería su esposo después, también se sentía muy mal y había llamado al médico quien envío una ambulancia.
Salí del hotel en busca de una farmacia y regresé con todas las medicinas contra los malestares estomacales que existían. Nada fue suficiente y decidimos ir al hospital alrededor de las 3 o 4 de la mañana.
Pues ahí fuimos y al llegar, enfermeros obsequiosos atendieron a la una y al otro con especial parsimonia y eficacia.
En eso estaba yo, pensando algo así como “que débil está esta joven generación que no aguanta algún ostión en mal estado”. Cuando de repente la cabeza me dio vueltas y el estómago se comprimió hasta sacar todo lo comido y bebido apenas unas horas antes frente al mar.
Los tres nos recuperamos con suero y medicación cada uno en su cama de enfermo, yo llamando a la enfermera, solicitando su auxilio, hasta que amaneció.
Sonora Sinaloa es famosa por ser el chorizo power. También viven en Tijuana muchas familias de Sinaloa afincadas aquí en Baja California que son ejemplo de trabajo y dedicación.
Entonces ¿porque se ha descompuesto tanto el estado de cosas en Sinaloa? ¿Por qué tanta violencia y tantos muertos? ¿Tanta droga y laboratorios de fentanilo? Unos contra otros. Una narcobanda contra la otra.
El gobernador Rocha no ayuda, es a todas luces un inútil acusado por ambas partes de ser cómplice y enemigo. Desde ser testigo del asesinato de su compinche y rival, hasta favorecer a Los Mayitos o a Los Chapitos, vaya usted a saber.
En efecto, Sinaloa hoy es un infierno por el pleito entre las principales narcobandas en la disputa del mercado internacional de drogas ilegales, especialmente en los EUA.
¿Por qué? Por las enormes ganancias generadas por la demanda de consumidores y consecuente compra de autoridades de ambos lados de las fronteras, tanto en América como en Europa y Medio Oriente, Japón, Vietnam, Tailandia e Indonesia, principalmente.
Por la falta de alternativas viables de trabajo bien remunerado en la región.
Por la aplicación laxa de la Ley, según sea el poder y la riqueza de los presuntos delincuentes y las componendas con jueces corruptos.
Por la existencia de determinadas áreas en el Estado donde ni el ejército, ni la marina, ni la guardia nacional pueden patrullar con seguridad, ni se atreven a hacerlo.
Sinaloa es un estado donde parece que todo tiene un precio desde las más altas autoridades civiles y militares hasta la oposición.
Por las irresponsables campañas de difamación de opositores como Lille Téllez y demás que son promovidas y pagadas por Televisa, Azteca, Imagen y demás corifeos antimorena.
Por la incapacidad de las autoridades civiles y militares federales, estatales y municipales de cortar de tajo los desmanes y abusos criminales de quienes se deciden a delinquir porque es más fácil hacerlo que cumplir con la Ley.
En resumen: la mayoría de los sinaloenses no quieren ni pueden acabar con los malosos y ahí van pasándola hasta que, por angas o por mangas les toca a ellos o a sus cercanos.
Según las fuentes autorizadas, de septiembre del año pasado hasta los primeros días de julio de este año, es decir, en cerca de 10 meses y días, ha habido alrededor de mil 600 ejecutados y desaparecidos en el estado. ¡Ya estuvo suave!
Ya párenle si no quieren que los gringos bajo la presidencia del criminal imberbe los invada y los persiga hasta que miles de inocentes niños, mujeres y ancianos mueran como en Gaza, bajo el pretexto de que en Sinaloa se atenta contra la pax estadounidense, mientras sus armas contribuyen a matar mexicanos y se siguen drogando por placer, enfermedad y necesidad, o les digan convencidos que los de Sinaloa quieren invadir California, Arizona o Texas.
Y de paso, a ver si arreglan la violencia en Ciudad Juárez y en el estado de Guanajuato, donde los narcos no cantan mal las rancheras.
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