Tentación

Es tiempo de dulces y abrazos. De buenos deseos para todos.

Otro año se fue casi sin darme cuenta. ¿Qué buenas cosas hice? ¿Qué dejé de hacer? Por vago, por indolencia, por fatiga, por incapacidad, o porque así soy y no hay vuelta de hoja. Ni me importa el perdón de nadie ni la justificación social. Tuve amores. Imaginé tenerlos. Soñé despierto. La verdad es que ya estoy viejo, pero con muchos recuerdos gratos. Todavía monto de vez en cuando como cuando arrendaba al colorado, el Muñeco.

Mi vida se ha hecho menos fatigosa, más armónica con mi dolor de espalda y mis besos que son más lentos. Tal vez más disfrutables, si ello es posible.

Me acuerdo con más frecuencia de los que me antecedieron y se fueron antes que yo. Qué ganas de platicar con ellos. ¿Cómo les habrá ido en el trayecto? ¿O será una fiesta interminable de bienvenida? ¿O un volver a empezar?

Veo la tarde declinar y no tengo la menor prisa por hacer cosas de inmediato.

Acá por mis rumbos, los genios de la delegación organizaron una fiesta popular en la Casa Popular y el tránsito de por sí conflictivo se volvió una romería peatonal intransitable. Ni para arriba ni para abajo. Una hora parado o caminando unos metros y el taxímetro dale y dale.

Ayer mismo me pasé una hora y media en el banco porque mi tarjeta la cancelaron y ni patras ni padelante. !Que el código, que la verificación, que el iNE, que el nuevo número..! Lo bueno es que tuve tiempo de presumir a mis nietos y ya no querían que me fuera de tanta y tan buena conversación. En otro tiempo hubiera salido enojado y harto de banco y banqueros. Ahora no, es sólo un trámite útil y necesario.

Ya con dinero en la tarjeta desbloqueada me metí al Soriana a comprar fruta y algo de pan. La tentación fue tal que escogí un par de filetes de pescado, una botella de vino y chocolates para mi mujer.

Vi la avidez de algunos compradores que llenaron sus carritos hasta el tope, vi una señora de mediana edad que ya sin ningún pudor le dio una mordida al pan de dulce antes de pasar a la caja a pagar. Supongo que con la misma tentación con la que ofreció Eva la manzana.

Algo de ello debe de haber permanecido en mi apetito porque me compre un helado y lo disfrute despacio, a lengüetazos.

Hoy por la mañana me avisaron que me buscaban de Bienestar. ¿A mí?, pregunté. En efecto, una doctora y su ayudante, muy amables pasaron a pregunta por mi salud. Todo querían saber: nombre completo, edad, que qué me duele, que medicinas tomo, Me midieron, me pesaron, me fotografiaron y no aceptaron ni una taza de café.

Es la primera vez, desde mi beca para estudiar en Londres, que un gobierno se preocupa por mí. Dicen que algún día regresarán con medicinas.

Tengo la tentación de aplaudirles por este esfuerzo censal de saber sobre el estado de salud de los viejos ciudadanos. Algo es algo. Es un avance. No que los gobiernos anteriores con descaro, salvo el famoso Peje, únicamente se dedicaron a los negocios con sus cuates y asociados.

En Chile, la de Allende ahora llegó Kast. Que tentación de volver a empezar. Junto con Millei en Argentina, más Paraguay, Bolivia, Perú y Ecuador. Más Trump en USA forman la derechización del cartel del absurdo. Muchos votos fueron para ellos por el desencanto entre lo prometido y lo realizado por la izquierda folclórica que sufrieron. De fin de fiesta tengo ganas o tentación de darles de coscorrones ante las oportunidades perdidas.

Y para la 4T es un aviso sonoro. Solo los programas de Bienestar nos salvan por ahora. Falta crecimiento y desarrollo, mejorar la calidad de la educación, salud para todos con médicos, medicinas y hospitales como en Dinamarca. Terminar con la violencia, la inseguridad y la corrupción.

En el Congreso de la Capital en Donceles y Allende de extraordinarios recuerdos, se agarraron a madrazos, se jalaron las greñas y mandaron al diablo la dignidad de los legisladores. Que si no por ellos por su Historia debieron de respetar su investidura y ser ejemplo de calidad. Tengo la tentación de mentarles la madre.

En fin, como viene ya la Navidad no lo haré por ahora, pero pórtense bien que en el 26 vengo más filoso. Acuérdense: el diente miente, la cana engaña, la arruga sale de gane, pelo en la oreja ni duda deja.

¡Muchas felicidades!

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