EL IFE A LA DISTANCIA

Clima Político

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De qué no ha acusado Fox (y partidos arrendados) al PRI y a Labastida? Peor aún, ¿qué podría decir Fox a los públicos cuyos ánimos exacerba irresponsablemente si no existieran el PRI o Labastida? ¿Cuál podría ser su discurso unitemático y soez?

Para Fox y los partidos que utiliza, el PRI y su candidato son narcotraficantes, asesinos, mentirosos, corruptos, chaparros, tepocatas, chinches prietas y sabrá Dios qué tantas otras linduras de su poco florido y vulgar vocabulario.

¿Es dable que un candidato que aspire a la Presidencia de la República base toda su campaña en la denostación ordinaria, ramplona e infundada de su adversario?¿Se merece el pueblo de México semejante falta de inteligencia y respeto?

Por supuesto que su discurso es efectista, pero por ello intrascendente. Nadie recuerda qué dijo en el debate, aunque todos recuerdan que él se contradijo, como siempre.

Lo grave de su discurso de disco rayado es que deja por saldo una sociedad dividida, enfrentada, enardecida, ávida de venganza, propicia para el linchamiento. Nadie atiende a sus ideas, porque no las tiene, pero muchos se dejan llevar por su ánimo revanchista y pendenciero de cantina. La historia nos muestra una y otra vez qué es lo que producen este tipo de redentores iluminados: caos y totalitarismo.

Es verdaderamente vergonzante en lo que vino a caer el Partido Acción Nacional; es preocupante que las fuerzas más reaccionarias y retrogradas de la nación sean nuevamente despertadas por un sujeto de pasquín; es amenazador que medios y analistas observen con fruición cómo se exacerban los ánimos de la sociedad y se produce un cultivo de odios y resentimientos que nos acerca irresponsablemente al ensangrentamiento fratricida.

Mientras eso pasa, la autoridad electoral no sólo es omisa, sino que irresponsablemente, aporta su propia yesca a un clima político contrario a la democracia, sumando a los conflictos que hoy cruzan nuestra sociedad los que artificialmente requiere mantener esa autoridad como coartada de ser víctima de un sistema autoritario y antidemocrático.

En el IFE tenemos a un grupo de sujetos que para subsistir requieren ser percibidos como temerarios cruzados de la democracia, y no como funcionarios públicos encargados de organizar las elecciones. Son como los Estados Unidos: para subsistir requieren de un enemigo inconmensurable tras cuya fantasía se oculta en sus excesos y atrocidades.

Sólo así es posible explicar los pleitos artificiales que promueven, con más ahínco que el que obsequian a su función pública; hoy, contra RTC Gobernación y la CIRT, mañana con quien sea para mantener así su supuesta lucha por el Santo Grial democrático. Saben que sólo en esa calidad de luchadores democráticos la sociedad les puede perdonar sus excesos, intolerancias, insuficiencias y violaciones al derecho. Por ello, es que recrean todos los días a un enemigo fantasmagórico que legitime su existir, sin calificar jamás su desempeño. Pero jamás es un término muy corto para las democracias, y más temprano que tarde el juicio de sus actos los habrá de alcanzar.

En ese orden de ideas, hay muchas maneras de cometer atrocidades. Algunas por acción, otras por palabras, muchas por omisión.

El IFE, en el caso específico de la lumpenización del discurso de Fox y su campaña, a pecado por acción, al determinar no sancionarlo cuando acusa al PRI sin pruebas, ni fundamentos; pero, principalmente, por omisión, al dejar que el clima político de respeto, civilidad y tolerancia, haya sido invadido por las víboras, leperadas, vulgaridades, ilegalidades y locuacidades de este sujeto.

Los consejeros tendrán que responder ante la nación por el clima de encono y enfrentamiento que bajo su responsabilidad han dejado crecer, sin menoscabo de las leperadas, disfrazadas de ocurrencias y lozanía política con que el señor Fox le falta diariamente el respeto a sus adversarios, a la política y a la ciudadanía en general; también habrán de ser objeto del juicio inapelable del electorado, mismo que no acepta, ni aceptará, chantajes de porcentajes que sólo acusan su ánimo de derrota anunciada, por más que sus publicistas (Gepetos) le hagan repetir cual tarabilla que va arriba en las encuestas.

Si así fuera, por qué denunciar anticipadamente un supuesto fraude, por qué exigir 10 puntos porcentuales de diferencia, por qué ir a pedir ayuda a sus patrones en Estados Unidos, por qué denostar todos los días a quien supuestamente (según su locura ranchera y guión publicitario) ya derrotó.

#LFMOpinión
#IFE
#ClimaPolítico
#VíborasTepocatas
#Fox


Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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