EL IFE A LA DISTANCIA

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Foto Copyright: lfmopinion.com

Ya ni la burla perdonan.

Jueves 28 de octubre de 1999


"Seamos protagonistas del cambio y no cejemos en nuestra misión, pues estoy convencido de que gracias a ustedes, la tierra prometida pronto será un
territorio conquistado". Esta arenga demagógica y placera pinta de cuerpo entero las confusiones de algunos consejeros electorales.

Sé bien que sus fans habrán de hacer caso omiso de sus palabras y criticar este análisis como un artero ataque más al órgano electoral. Pero quede constancia que para
el señor Cárdenas, autor de la cita, su papel es de protagonista del cambio y que en esa calidad califica a los consejeros electorales de los consejos locales, destinatarios de su proclama; que entiende su nombramiento como una cruzada, no como una función y
responsabilidad públicas, acotadas y normadas por la ley.

Habrá que preguntarle a su psicoanalista qué se esconde tras su visión de tierras prometidas y territorios conquistados, porque he releído con esmero la Constitución y el Cofipe, he hurgado en los Diarios de Debates, me he sumergido en los textos de los tratadistas, he paseado mi errancia sin descanso por Internet y no encuentro relación alguna entre su complejo de conquistador y la materia electoral.

El consejero Cárdenas invita, en otra parte de su consigna, a los consejeros electorales locales a "cumplir su misión e impulsar la transición a la democracia". Y nosotros ¡ilusos! que creíamos que el IFE tenía a su cargo sólo la organización de las elecciones federales. Silva Herzog Márquez tendrá que reescribir su libro sobre la transición en México y aumentar a su taxonomía el Ornithorhyncus Consejerus.

Lamentamos la visión belicista de algunos consejeros que no logran ver a su función como una responsabilidad pública y la confunden con batallas, conquistas, misiones,
cruzadas y exorcismos.

Lamentamos, también, que los encargados de infundir confianza en nuestros procesos electorales, sean los primeros en sembrar infundadas y fantasiosas dudas: "las elecciones de julio próximo -afirma Cárdenas- presentarán adversidades, que desde este momento
podemos predecir y que pueden incidir en la confianza y credibilidad de los comicios".

Continúa el pitoniso electoral, "la inequidad insultante, la disparidad en los recursos, las deleznables prácticas de compra y coacción del sufragio; el contubernio y el consecuente trato preferencial de algunos medios de comunicación hacia determinadas ofertas políticas; la manipulación de los programas gubernamentales a favor de algunos partidos, el desvío del gasto público para fines electorales, la siembra del miedo en algunas

comunidades; el corporativismo decadente, que aún respira y no se resigna; los cacicazgos y patronazgos locales, que afectan la sana y libre confección de la voluntad ciudadana; el apareamiento entre negocios privados y actividades públicas, los compromisos económicos y las aportaciones interesadas, que bajo el esquema de una inversión y no de una aportación, se realizan con lucrativos dividendos, entre otras, son prácticas a las que debemos ayudar a morir".

Pareciera que es López Obrador quien habla y no un consejero electoral. Quién sabe si Cárdenas le sea más útil al PRD en campaña que en el IFE. Bien haría el PRD
en meditarlo.

En mutación de pitoniso a sofista, Cárdenas pontifica acerca de la diferencia entre imparcialidad y neutralidad, y concluye que el consejero electoral debe tener una
imparcialidad comprometida con la construcción del porvenir. No señala, por supuesto, el proyecto político del porvenir objeto de su compromiso. Aunque tampoco hace
falta que lo haga.

Sin embargo, otra vez, se equivoca. Él no nada más está sujeto a la imparcialidad, por más vueltas que le quiera dar a ésta, también está sujeto a la legalidad, objetividad, certeza y probidad.

Por el principio de legalidad está obligado a la neutralidad que tanto le molesta. Cuando se aplica la ley, quien lo hace debe tener vendados los ojos, no debe saber si la está aplicando a su hijo o a su más encarnizado enemigo, toda vez que lo único que debe pesar en su balanza son los hechos y el derecho, no las personas, los afectos, las fobias, los compromisos, ni los proyectos.

Desgraciadamente, don Jaime, usted está obligado a la imparcialidad y a la neutralidad. También al profesionalismo y a la probidad.

Finalmente en el IFE ya ni la burla perdonan ¡imagínese!, Cantú hablando de legalidad a los consejeros electorales locales.

#LFMOpinion
#IFE
#CárdenasJaime

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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