LA NAVE VA

La provocación

La provocación

Nadie duda de que la brutal violencia de la que hace unos días fueron víctimas estudiantes que se manifestaban en la explanada de la Rectoría de la Universidad Nacional fuera una provocación: un acto criminal orquestado desde las sombras que a sus intenciones evidentes de dañar a nuestra máxima Casa de Estudio, busca enturbiar la vida pública en momentos cruciales de la política nacional, confundir a la sociedad y extraviar sus conductas. El singular empeño de los presidentes Peña y López en que el relevo en la Presidencia no sólo se ajuste a la Ley sino que se haga en los mejores términos y prevalezca el respeto entre los liderazgos institucionales y las fuerzas que representan, es clave para ordenar el cumplimiento de la decisión democrática del pueblo. Pero hay personajes, facciones y grupos de presión que gustan de pescar en río revuelto. En tales condiciones, la búsqueda por la libre de los patrocinadores de la provocación puede ser no sólo inútil, sino perniciosa pues en medio de la indignación despolitizada y desorganizada será más probable errar y que los verdaderos provocadores queden impunes y hagan avanzar sus ilegítimos intereses. La agresión a la Universidad ha sido presentada por algunos medios como resultado de que la rectoría ha sido permisiva y tolerante en exceso. Esta posición es compartida por los extremos del espectro ideológico que además coinciden en demandar sin sustento alguno pero con intenciones aviesas, la renuncia del Rector. Lo que asoma detrás de semejante enormidad es el propósito, obligadamente oculto, de cancelar la autonomía universitaria y con ello restringir al extremo las libertades del pensamiento y de la cultura.

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Raúl  Moreno Wonchee

Raúl Moreno Wonchee

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