EL IFE A LA DISTANCIA

La coacción espejo

La coacción espejo

Foto Copyright: lfmopinion.com

Tiempo es de reflexión. Las campañas -algunas con varios años de duración-han concluido. El ruido ha cesado y, con él, el tiempo de los candidatos y partidos. Estos son tiempos del elector y éste, al igual que la ley, demanda respeto a su soledad, deliberación y libertad.

Hoy ha llegado el tiempo de convocar a la prudencia y serenidad. Al silencio. Debemos dejar al ciudadano a que en su fuero interno decida in pectore el sentido de su voto. La guerra de las encuestas, para nuestra fortuna, ha cesado, los famosos indecisos quedan en libertad para votar en conciencia. La guerra de los publicistas también, gracias a Dios, ha concluido y deberemos valorar su actuar antes de volverles a soltar la responsabilidad de encauzar nuestros procesos electorales y encarecer (y enardecer) estúpidamente las campañas.

Pero así como toda presión partidista, gubernamental y mediática debe cesar, también es menester que paren sus campañas las supuestas ONG's y los fingidos defensores del voto. De tiempo atrás, para ser precisos, desde las elecciones en Baja California, cuando pierde por primera vez el PRI la gubernatura hemos visto verdaderas falanges de ciudadanos supuestamente comprometidos sólo con la democracia y la libertad del voto que, ostentándose como defensores del sufragio y protectores del elector, realizan funciones partidistas de promoción del voto en favor de sus partidos y coacción en contra del voto priista.

Jóvenes identificados con gorras de algún color, o chalecos de defensores del voto, se instalan en las afueras de casillas claves —generalmente donde el voto histórico favorece al PRI— con la aparente consigna de cuidar el voto ciudadano. Sus tareas, sin embargo, distan mucho de ello: se dedican a hostigar a los funcionarios de casilla, a veces con actitudes o hechos violentos, orillándolos a abandonar su función para imponer a ciudadanos fieles a su causa. A los representantes del PRI los agreden, ya para que no puedan acreditarse como tales, ya para que renuncien a su representación y les dejen la plaza libre.

En Mérida, Satillo, Nayarit, por mencionar sólo algunos casos, estos supuestos defensores del voto impiden que se lleve a cabo la votación o, realizándose ésta, que los funcionarios lleven a cabo el escrutinio y cómputo, llegando a secuestrarlos si el triunfo es favorable al PRI, acusándolos de agentes de Gobernación, mapaches, corruptos, etc.

A los votantes en la fila los presionan y coaccionan si son priistas, los insultan, amenazan, empujan, toman fotos. Les piden más requisitos que a otros ciudadanos, los impugnan ante la mesa de la casilla, agreden al presidente de la misma cada vez que permite el voto de estos ciudadanos.

Si alguna patrulla, en ejercicio de su función pública, osa pasar frente a la casilla le toman fotos para luego alegar coacción del voto, la denuncian a la radio y prensa, levantan actas y arman tal escándalo que uno pensaría que se está en las elecciones de los 40's.

Cuando los representantes generales del PRI acuden, en ejercicio de un derecho que corresponde por igual a todos los partidos, a revisar el desarrollo de la jornada, son objeto de todo tipo de acusaciones, presiones y agresiones, impidiéndoles realizar su función. Si los representantes del PRI llaman a algún notario o fedatario público a dar fe de los hechos, éstos son impedidos de cumplir su función e igualmente agredidos de mapaches y antidemocráticos.

En el fondo se ha logrado generar una cultura de la coacción espejo: acusar al contrario de las acciones que el acusador realiza. Te coacciono acusándote de coaccionar. Estamos de cara a una especie de coacción y presión que no se ejerce "sobre" el voto generalizado, sino "contra" el voto del oponente, y se ejerce acusando a éste de ejercer coacción o presión, o bien ser agente del fraude. La estrategia se realiza con equipos especializados de comunicación, con movilización de jóvenes aguerridos, señoras desaforadas, fanáticos desbordados, logística militar y gran cobertura de medios de comunicación. El objetivo no es ganar la votación en esa casilla, sino reventar las casillas que se saben ganadas por el oponente; o bien, si la votación distrital, estatal o nacional se sabe perdida ensuciarla en su conjunto. "O yo, o la nada”. ¿Le suena?

Algunos de estos corsarios llegan a creer que realmente están cumpliendo una función democrática y defensiva del voto, sin darse cuenta que una cosa es defender por los cauces legales el VOTO -así, con mayúsculas y en general, el de todos los ciudadanos- y otra muy distinta es obstaculizar, impedir o destruir el voto que no es favorable. Esta actitud no puede ser más antidemocrática, “los votos míos sí valen, los demás no".

En estos días de guardar. En estos momentos de reflexión y prudencia, conviene hacer un llamado a los que se sienten cruzados electorales, a los Rambos de la transición, a los detectives chinos del voto mexicano, para que recapaciten acerca de su responsabilidad ciudadana y legal.

Igual llamado a la responsabilidad y apego al derecho habrá que hacer a las empresas que pretenden hacer conteos rápidos, en especial dos extranjeras que se rehúsan a declarar quién las contrató y qué metodología habrán de utilizar. Se sabe que Penn, Schoen & Berland y Allyn & Company pretenden dar a conocer sus resultados desde las primeras horas de la noche del domingo desde Washington y Nueva York, con miras a declarar mundialmente triunfador a algún candidato, mucho antes que exprese el IFE cifras oficiales. Este debe obligar a toda empresa que pretenda hacer conteos rápidos, más aún si son extranjeras, a someterse a la legislación nacional, condicionando su actuar a pagar una multimillonaria multa si dan a conocer —por cualquier medio y desde cualquier país— resultados antes de lo jurídicamente permitido.

En el caso especial de estas dos empresas, debe además exigirles den a conocer quién las patrocina y difundir públicamente al patrocinador.

Finalmente, recordemos que la democracia radica en que gane el que más votos tiene, no en que se cumpla una profecía mercadológica. Las elecciones se tratan de elegir periódicamente gobierno y representación política, no son una lucha entre el bien y el mal; esto último, además de demagógico y falaz, es sembrar divisiones y enfrentamientos.

Las elecciones demandan prudencia, cordura, madurez y tolerancia. Que los arrebatos y fanatismos de los enemigos de estas virtudes democráticas no se impongan el 2 de julio.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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