Lo que las oposiciones de Calderón no tuvieron
Seis años en la Presidencia no enseñaron a Calderón (entre otras muchas cosas) el manejo de los tiempos. Como tampoco doce en el poder moderaron en el PAN su proverbial soberbia.
Calderón no aprendió a quedarse callado. Atizado por la promulgación de las leyes secundarias de la Reforma Energética hizo acto de presencia con lo que llamó su "Séptimo Informe de Gobierno", embozado tras la presentación de un libro de editorial Debate con un título refractario a cualquier esfuerzo heroicamente piadoso de lectura: "Los retos que enfrentamos. Los problemas de México y las políticas públicas para resolverlos (2006 – 2012)."
Y al calor del reflector y los aplausos, fiel al signo de su sexenio, sostuvo que "no tuvo una oposición a modo como Peña" (24 Horas 14/08/2014), queriendo adjudicar el logro de las reformas estructurales a su partido en tanto supuesta oposición responsable.
No faltará quien conmigo le diga: Las oposiciones de tu sexenio tampoco tuvieron del otro lado la voluntad política del estadista que construyera consensos e impulsará las reformas, sino a un fajador callejero que a cada paso dinamitaba cualquier posibilidad de entendimiento y acuerdo.
Habrá que revisar si su librito lista entre "los retos que enfrentamos" el de un Jefe de Estado que abdicó un día sí y otro también de sus responsabilidades constitucionales para actuar como porro electorero de una facción de su partido.
En política lo que cuentan son los hechos, y la división y confrontación que Calderón generó con su conducta desde Los Pinos se comprueba incluso en las filas del propio Acción Nacional.
Y fueron paradójicamente estas fracturas y encontronazos los que ensombrecieron, en versión video escándalo, su Séptimo Informe y librito.
No celebro la filtración de videos que anuncian el final de la etapa de construcción de acuerdos y delatan el tufo de podredumbre, vileza y degradación que regirá la vida política nacional de aquí a las elecciones del año que entra y, posiblemente, hasta el fin de este sexenio.
No puede ser más desalentador y alarmante cómo se nos participa, por quien quiera que haya filtrado los videos de la francachela panista en Vallarta, que tendremos heces por argumentos y que el debate las habrá de esparcir con ventilador versión huracán.
Nadie, sea político o fuerza política, saldrá limpio y fortalecido de la lucha sin reglas ni cuartel que con la divulgación de estos videos ha dado inicio.
Quienes hoy festejan su publicación, mañana llorarán la que los muestre en su personal versión.
Pero la semana no sólo arrolló a Calderón. También abolló la soberbia y margen de maniobra de su archienemigo Gustavo Madero, quien la abrió adjudicándose la victoria de las reformas. Se requiere mucha cara dura para hacerlo de frente a quienes las hicieron posibles, a pesar de los chantajes sin final de Don Gustavo.
Y como Madero sabe que su subsistencia ha radicado y radica en la decisión de Peña Nieto de priorizar por sobre todo las reformas, fue por más: "… es importante, dijo, subrayar, también, que aún quedarán pendientes compromisos acordados en el Pacto por México, que deberán ser atendidos y no contentarnos con lo logrado hasta hoy por importante que nos parezca."
No fue muy lejos por la respuesta: "Con la promulgación de las Leyes Secundarias de la Reforma Energética, le reviró Peña Nieto, este día culmina la fase legislativa del importante ciclo reformador que iniciamos el 2 de diciembre de 2012 (…) ahora corresponde poner todas las reformas en acción."
Y tras el balde agua fría presidencial, le cayó encima el video escándalo descabezando a sus principales operadores en las cámaras y prospectos electorales para el 2015.
¡Mala tarde Don Gustavo! Parece que los tiempos de sus chantajes, caprichos y tanques de oxígeno desde el gobierno peñista han llegado a su fin.
Finalmente, otro al que la semana no le ha sonreído del todo es al Jefe de Gobierno. La semana pasada aplaudí su decisión de plantear la necesidad de separar el salario mínimo remunerador del trabajo personal, del salario mínimo unidad de valor referencial de cálculos en el marco de la ley.
Pero cayó en lo único que no debía: ponerle número al incremento salarial, desnaturalizando y contradiciendo su planteamiento original y metiéndose entre las patas de los caballos sin muchas posibilidades de salir ileso de entre ellas.
Por lo pronto que todos se armen de impermeables y paraguas; no por las lluvias torrenciales que asolan el territorio patrio, sino por las de detritus que esta malhadada semana han dado inicio.
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