Falseando la historia se engaña, no se hace historia**.
En un nuevo spot, dizque para fijar posición ante las religiones, López insiste en atribuir a Ignacio Ramírez, el nigromante, la supuesta frase de que él se hinca donde el pueblo se hinca.
Se trata de una mentira más del candidato que ofrece hacer historia... ¡falseando la historia!.
Cualquiera medianamente enterado sabe que en realidad, el paradigmático e ilustre liberal del siglo XIX, se hizo famoso por su "Dios no existe", inmortalizado por Diego Rivera en el mural "Tarde de un domingo en la Alameda", del que ese texto tuvo que ser borrado para que se autorizara su exhibición pública.
Mentir a despoblado es fácil. Y es grave, porque hay quien se hinca ante la santa muerte. Que lo haga quien desee, pues no es delito y la libertad de cultos lo permite, pero nadie que no sea de ese culto está obligado a hacerlo.
El problema es que con una mentira se elude lo que **TODOS** los aspirantes a la presidencia deben respetar: el estado laico, y obligarse a mantener la separación de política y religión; del estado y las iglesias.
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