EL IFE A LA DISTANCIA

Juicio político

Juicio político

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Procede el juicio político cuando los actos u omisiones de los servidores públicos redundan en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho.

Redundan en perjuicio de los intereses públicos fundamentales y de su buen despacho, entre otros:

a) El ataque a las instituciones democráticas;
b) La usurpación de atribuciones;
c) La infracción grave a la Constitución o a las leyes federales que motiven algún trastorno en el funcionamiento normal de las instituciones y;
d) Las omisiones de carácter grave.

En términos del artículo 110 constitucional los consejeros electorales del Instituto Federal Electoral podrán ser sujetos a juicio político.

Ahora bien, generar en pleno proceso electoral un conflicto arbitrario y artificial, acusando sin prueba al ¡98 por ciento! del personal del IFE de ser oficialista, parcial y no digno de confianza, provocando con ello una grave crisis interna, ¿es o no causar un trastorno grave en el funcionamiento normal de una institución?

La práctica, ya hecha lugar común, de filtrar a los medios información confidencial que por razón de su cargo tienen a su alcance los consejeros, ¿es o no una infracción sistemática a la ley que los obliga a probidad y reserva?

Convertir a las comisiones del Consejo, órganos de vigilancia y supervisión, en entidades ejecutivas, rompiendo las líneas de mando y atribuciones del secretario ejecutivo, entorpeciendo los trabajos de las áreas ejecutivas y generando un clima de permanente enfrentamiento, ¿es o no violar la ley, usurpar atribuciones y trastornar una institución?

Cuestionar sin fundamento, acusar sin argumento denuncia, sin pruebas y difamar por capricho el trabajo, la honra y el prestigio de Felipe Solís, secretario ejecutivo del IFE, montando una hoguera mediática, alimentando un clima de linchamiento y generando una grave polarización interna, ¿es o no violentar la ley y trastocar la vida de una institución pública, además de una bajeza y ruindad?

Mantener indefinidamente al instituto sin secretario ejecutivo, gestionar con los partidos vetos indebidos, andar ofreciendo la Secretaría Ejecutiva por su cuenta; todo ello con el único afán de imponerle a José Woldenberg un secretario ejecutivo, mostrar urbi et orbi quién manda en el instituto y forzar su renuncia para designar entre ellos un sustituto que opere la elección del 2000, ¿es o no atentar contra el despacho de intereses públicos fundamentales, atacar a una institución democrática y trastornar su normal funcionamiento?

Tener conocimiento de un fraude de doce millones de pesos por parte de un partido político, retardar por razones políticas la solicitud de aclaración y no proceder a multarlo en términos de ley, ¿es o no una omisión de carácter grave, amén de sospechosa?

Tomar conocimiento de una irregularidad en los informes de gastos de campaña de un partido político, no requerirle oportunamente aclaración o rectificación, y luego alegar que por un "error de procedimiento" no se le concedió derecho de audiencia y que, por tanto, no se le puede multar, ¿es o no una omisión de carácter grave que, además, pone en entredicho la legalidad, imparcialidad, independencia y probidad de la omisa autoridad padre del tan oportuno cuan extraño "error de procedimiento"? (Ver Dictamen Consolidado de la Comisión de Fiscalización, 30 de enero de 1998, Tomo VI, conclusiones finales, 5.1.1 Partido Acción Nacional, páginas 506-507).

¿Los actos y omisiones de una fracción de consejeros electorales redundan o no en perjuicio de intereses públicos fundamentales y de su buen despacho, y constituye o no un ataque a una institución democrática?

¿Autonomía y ciudadanización son o no, hoy día, sinónimos de impunidad?

#LFMOpinión
#IFE
#Woldenberg

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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