¿Podremos?

Pero de qué nos sorprendemos de Arturo Ávila si antes se hincaba en la parroquia de Adán Augusto y hoy reza a San Monreal.[...]

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Posiblemente entre el lenguaje de las matemáticas y el de las ideas se abisma el más grave de nuestros extravíos como especie.[...]

Un solo mexicano descalabrado debiera ser motivo de sus desvelos.[...]

Hay grandeza en la locura, en lo corrupto, en la ignorancia, en lo miserable, en la maldad.[...]

Para los ministros hijos de su maldito acordeón es imposible entender esto, de hecho les está negado cualquier clase de entendimiento.[...]

Qué más le da a él las formas políticas y la eficacia operativa ahora que ha doblado a la mismísima presidente del bastón de mando.[...]

Si hubiese orientado su discurso por la idea de autoridad y no de artífice, se hubiese colocado por encima del conflicto[...]