POLÍTICA

Televisa, lo único que sabe hacer

Televisa, lo único que sabe hacer

Foto Copyright: lfmopinion.com

Apostó toda su credibilidad a un drama televisivo, mientras el verdadero drama humano se sucedía por cientos en lugares a los que sus cámaras y micrófonos no quisieron voltear.

A mi amigo, Marco Levario Turcott.

En el asunto de Frida, Televisa sólo hizo lo único que sabe hacer: convertir la información en telenovela, escándalo y negocio.

Así es, así ha sido.

El problema es que ante la emergencia, en tanto medio de comunicación concesionado, debió haber dedicado sus esfuerzos, recursos y concesiones a informar, no a novelizar, no a medir su raitings, no a pelear audiencias.

Apostó toda su credibilidad a un drama televisivo, mientras el verdadero drama humano se sucedía por cientos en lugares a los que sus cámaras y micrófonos no quisieron voltear.

¿Cuánta ayuda y esfuerzo no llegó a donde hubiera podido llegar, si en lugar de producir una telenovela concentrada en un solo escenario, hubiesen informado sobria, puntual y con veracidad sobre los innúmeros siniestros realmente en curso?

El medio no sirvió a su fin. No comunicó, no informó; medró.
No fue el único que mostró las miserias de su periodismo.

Se vio al ombligo y terminó perdido bajo los escombros de prestigios devastados por los sismos.

¿Cuántos prestigios más veremos caer?

#LFMOpinión
#LaNiñaFrida
#Televisa

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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