POLÍTICA

Por qué a AMLO le conviene perder EdoMex

Por qué a AMLO le conviene perder EdoMex

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López se quedaría sin excusa ni pretexto, sin discurso y enemigo. Tendría que entrar entonces a propuestas concretas y abandonar el papel de víctima y salvador.

Me pregunto cómo afectaría a AMLO que Morena se levantará con el Gobierno del Estado de México.

De entrada habría vencido de una vez por todas a la mafia del poder y sus complots sin tregua.

Se habría impuesto al periodismo vendido y calumniador.

Habría derrotado la maquinaria de una elección de Estado.

Habría derrumbado el muro mediático que lo aislaba del pueblo en él aprisionado.

Las elecciones en México serían creíbles por vez primera.

El INE habría acreditado su eficacia democrática y el Tribunal su justicia inmaculada.

No habría agravio, ni enemigo, ni complot a que acudir para llamar al voto en el 2018.

¿Cuál sería entonces su narrativa, cuál su lucha, cuál el molino de viento a embestir?

López se quedaría sin excusa ni pretexto, sin discurso y enemigo. Tendría que entrar entonces a propuestas concretas y abandonar el papel de víctima y salvador.

Por eso creo que el más interesado en que Delfina pierda se llama Andrés Manuel.

¿Usted qué opina?

Sea este mi adiós a la generosidad de tantos años de La Silla Rota. Nuevos retos profesionales me roban el tiempo que antes dedicaba a escribir mis colaboraciones. Me despido en tristeza y gratitud.

Gracias a todos en La Silla Rota y gracias a usted amable lector por la distinción de su lectura. Los extraño de antemano.

PS.- Que no se lea este texto a favor de Del Mazo, el Estado de México merece un compasivo alivio de su fauna y karma políticos.

#LFMOpinión
#Política
#EdoMex
#AMLO
#DelMazo


Comentarios



Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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