POLÍTICA

Marcos, guerrillero o rey desnudo

Marcos, guerrillero o rey desnudo

Foto Copyright: lfmopinion.com

Todos de niños conocimos el cuento de la niña que se atrevió a decirle al rey que iba desnudo en la procesión, narración que nos pinta como los hombres del poder se les encierra en un círculo de endiosamiento y aislamiento hasta que terminan trastornados. Pues bien, pareciera que un fenómeno similar es por el que ha atravesado el personaje Marcos en su endiosamiento por la prensa y en su aislamiento selvático, terminando por vivir por y en sus, cada vez más cursis, comunicados.

El susodicho personaje delira: "Muy claro les digo, tenemos todo el derecho no sólo de aspirar a que nuestro pensamiento o nuestra forma de lucha o de ver, convenza más gente en el estado de Chiapas, convenza a la CND, convenza a este país, a América Latina, a los europeos, tenemos ese derecho a que el pensamiento zapatista —?— sea la vanguardia, no sólo del estado del país, del continente, del mundo entero. Nadie nos va a discutir ese derecho".

Por supuesto que es muy su derecho sentirse el ombligo del universo, pero regañar a una convención sedicente democrática por pretender serlo, es decir por pretender ser plural, es muy otra cosa. "Hemos tenido que soportar estupideces que andan en bocas de algunos delegados" (el burro hablando de orejas), regañó molesto el encapuchado a los convencionistas sin tomar en cuenta que la libertad de expresión es precisamente característica y condición de la democracia y de la salud pública, si no que le pregunten al rey y al reino del cuento.

Su problema radica en pretender jugar a la vez en tres pistas: la de ídolo de los medios, la de jefe militar y la de encendido demócrata, (la del escritor epistolar la dejo para otra ocasión); así cuando el demócrata hospitalario de la convención se entera que "tres personas del DF se dedicaron a convencer a las bases de apoyo de Guadalupe Tepeyac, que era mejor rendirse, que había que llegar a un acuerdo con el gobierno, que el Ejército Federal era muy poderoso y que no íbamos a poder con ellos", reacciona iracundo el militar: "Aquí está prohibida una palabra: la palabra rendirse. Ajusten entre ustedes sus cuentas y déjense de pendejadas. Aquí no vamos a permitir que vengan a desmoralizar a la gente o decirles mentiras. Eso pueden hacerlo en el auditorio Ché Guevara o en el Zócalo de la ciudad de México, aquí no pueden venir a hacer eso. Así de claro.

La CND, a su juicio no ha servido para nada: "No se definió la presidencia, no se llamó a la segunda sesión, y salió cada quien entendiendo lo que quiso sobre qué es la Convención". Nuevamente aquí habla el militar quien pretende unanimidad y férrea disciplina y no el demócrata que debiera saber que la pluralidad y la tolerancia son característica de la democracia. Qué valor entonces puede tener el consenso donde no se puede disentir.

Pero el personaje no sólo está enojado contra el Presidente, el Ejército, la CND y el PRD; también lo está contra los electores de las zonas Zapatistas: "Nosotros cumplimos. Dijimos que nos interferiríamos; a costa de nuestros principios (los militares, que no los democráticos) permitimos que hubiera elecciones aquí. Entraron, hubo casillas, votaron los compañeros y hubo fraude".

Marcos sabe bien que las elecciones en la zona por ellos ocupada fueron organizadas, en su totalidad, por grupos de la sociedad civil y a los representantes priistas no se les permitió el acceso a las casillas de esa zona; luego entonces o el fraude lo cometieron ciudadanos de las organizaciones no gubernamentales afectos al marquismo, o más que fraude lo que hubo fue un mensaje muy claro de la popularidad del susodicho personaje en la zona de conflicto.

Debo señalar que el PRD ganó con más de 70% de los votos en las casillas allí instaladas, sin embargo existió más de un 25% a favor del PRI que son los votos que tanto enoja al demócrata, perdón, al militar Marcos, mismo que al no obtener votaciones zapato concluye: "Somos un ejército rebelde porque no creemos en las elecciones".

Sus cuitas con el PRD también son de psicoanálisis: "el EZLN no va a ser una carta en la baraja que el PRD negocia con el gobierno... no tenemos nada en contra del PRD, pero tampoco nada a favor (...). Hemos recibido mucho apoyo de las bases del PRD, que se sienten muy convencidas y decididas. Yo creo que ese partido sería otra cosa si lo dirigiera la base. Pero hemos recibido muchos chantajes de su dirigencia, muchas presiones". —?— "La otra propuesta que nos pararon, los del PRD, otra vez —?— fue que la CND hiciera un programa de insurgencia civil. Nos la detuvieron, eso no conviene, se puede salir de control. No dijimos nada, pensamos ingenuamente que el PRD sí tenía un plan de resistencia civil después de la elección. Pero ya nos dimos cuenta de que no".

Los que ya se van dando cuenta son los ingenuos de la CND en que ni son tan convención ni ésta tan democrática, toda vez que el EZLN pudo parar una propuesta, que en todo caso correspondía a la convención decidir, a petición del PRD, no obstante que aquella, ingenuamente, había decidido en la clausura de su primer encuentro no subordinarse a partido alguno.

Pero Marcos reafirma que el EZLN, se subordina a la CND pero... "si quieren una guerra para defender el voto les hacemos la guerra para defender el voto (seguramente así les dijo a los indígenas sobre la situación de injusticia en la que viven, a los cuales, por cierto, ya olvidó)... si es un resolutivo avanzar sobre la capital, avanzamos sobre la ciudad. Si no, nosotros vamos a tomar las decisiones solos". Luego entonces, (¿en qué quedamos?) O mejor dicho: ¿en qué papel queda la CND y la subordinación del EZLN?

"Se acabó el zapatour", dijo el personaje "Pobres de aquellos convencionistas que realmente se creyeron que iban a construir un nuevo país". Marcos les redujo su epopeya a turismo popular.

No cabe duda que el reflector, la corte y el aislamiento no sólo pueden afectar a los políticos…

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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