POLÍTICA

¿Por qué Expo Campañas?

¿Por qué Expo Campañas?

Foto Copyright: lfmopinion.com

Las campañas políticas más caras en el mundo entero, a nivel gasto elector efectivo, son las mexicanas

Para Platón el conocimiento se funda en la capacidad de sorprenderse, y esa capacidad en la humildad y en la inocencia.

Hay que ser, decía, como el niño que se sorprende de todo y por todo, y está ávido por conocer y experimentar.

Cuando dejamos de sorprendernos cesamos de conocer y, esto lo digo yo, empezamos a morir.

Pues bien, con motivo de la Expo Campañas Electorales he tenido oportunidad de comprobar una vez más los asertos del buen Platón y el que escribe.

Al tocar puertas encontramos a quienes ya saben todo y para quienes ya no queda nada por inventar e innovar. Las campañas son como son y ¡claro! son perfectas. Para ellos una exposición sobre productos y servicios de campañas electorales es una pérdida de tiempo.

Para ciertas franjas de todos los partidos no hay nada que cambiar en sus campañas, los proveedores hacen fila a sus puertas, las nuevas tecnologías no funcionan en México…" y así hasta la basca de siempre.

Pero también en el empresariado hace aire, para algunos este mercado es uno cerrado al que solo se entra por contactos y compadres. "Hay que estar bien con el de arriba, no con los candidatos que no tienen dinero".

Y no falta la autoridad para quien reunir a los proveedores de campañas electorales no significa oportunidad alguna para dar a conocer las reglas -múltiples, dispersas y enredadas- sobre fiscalización electoral.

Todas estas actitudes no hicieron más que convencernos de la asertividad de Expo Campañas Electorales que mañana, miércoles 23 de noviembre, se inaugura a mediodía en Expo Bancomer Santa Fe.

Si hay algo en México que no requiere prueba es que nuestras campañas electorales están rebasadas por el hastío y la saturación, que su gasto es ofensivo, su inteligencia nula y su efectividad negativa.

Los organizadores de Expo Campañas Electorales no estamos peleados con los montos, de suyo ofensivo, que se mueven en las justas electorales, pero creemos que deben quedar sujetos a varias taxativas.

La primera es a la transparencia: ¿Quiénes juegan en este mercado? Los padrones de proveedores que los partidos entregan al IFE son un insulto. No hay uno que se salve. No pasan una prueba ni de la maestra Gordillo.

Este es un mercado de miles de millones de pesos que, en su casi total mayoría, es de recursos públicos, por lo que su ejercicio debe quedar sujeto a los principios de transparencia, racionalidad y eficacia.

Otra taxativa es su democratización. Este mercado no puede seguir concentrado en unas cuantas manos. Puede que alguien en los partidos haga un gran negocio al consolidar compras, pero las campañas tienen que ser diferenciadas, como diverso es el electorado y variadas nuestras regiones, costumbres y lenguajes visuales y auditivos.

El mercado tiene que profesionalizarse. No podemos seguir pretendiendo que el elector es un idiota al que se puede comprar, coaccionar y manipular a discreción.

Las campañas tienen que variar. No mueven ni a los candidatos.

Gastar más no es la solución; es gastar mejor.

La saturación no es la respuesta; es diferenciarse.

Lo lerdo puede captar la atención, pero no convence.

La guerra negra solo abona al ingreso de los medios y deslava la política.

Las campañas políticas más caras en el mundo entero, a nivel gasto elector efectivo, son las mexicanas. Esa es razón suficiente para que partidos, aspirantes a cargo de elección popular, profesionales de la política, empresarios relacionados con este mercado, medios de comunicación, académicos y ciudadanía en general acudan a la Expo Campañas Electorales.

#LFMOpinión
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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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