Más pronto cae un hablador
Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Nunca como ahora viene más al calce el sabio refrán, que con relación a dos eventos inconexos que se han sucedido en los últimos días: las elecciones norteamericanas y una declaración de la vocera del presidente electo.
El paradigma de la democracia resultó ser un enano (platanero) del tapanco. Con el 0.0000000000001 por ciento de los desfiguros electorales de Estados Unidos, éstos hubieran armado un escándalo universal, de haberse dado en cualquier otra nación, ergo México.
Me pregunto por dónde arrastrará hoy sus desvergonzados Mr. Carter y con él la runfla de ONG norteamericanas, tan celosas de la democracia urbi et orbi y tan avitualladas por la Secretaría de Estado para tal efecto?
En estas páginas, el mismo 2 de julio, le agradecía a Mr. Carter y Cia., (¿CIA?), su interés por nuestros procesos comiciales, pero le notificaba que no le correspondía a él, y sus guajes pa nadar, "trabajar con todos los partidos políticos y el IFE para asegurar que (nuestro) voto (fuese) libre, justo y que refleje sus preferencias". Entonces, con comedimiento, señalé que para eso nos bastábamos los mexicanos y que para "trabajos" tenía el voto y democracia en su país.
Por contrapartida, destaqué la actitud del ex presidente boliviano, Gonzalo Sánchez, quien advirtió: "no venimos para interferir, ni para dar lecciones, ni hacer criterios. Venimos para aprender, a acompañarles y, espero, celebrar el éxito que van a ser las elecciones mexicanas del 2000".
Hoy repito mi aseveración, Mr. Carter y financieros de su paradigma democráticos tienen mucho por trabajar en su sistema electoral. De igual forma, hago míos los asertos del ex presidente Sánchez: en las elecciones de Norteamérica no queremos interferir, ni dar lecciones. Finalmente, los norteamericanos tienen mucho que aprender de todas aquellas democracias que han vilipendiado, interferido, subvertido y manipulado.
Por igual razón, y aunque ningún transitócrata lo ha mencionado, sostengo que la OEA tampoco haga sus veces intervencionistas.
Finalmente, ruego a todos los santos que a nuestro ayatola democrático, Jaime Cárdenas, tan proclive al llanerismo solitario, no se le vaya a ocurrir enarbolar la defensa del sufragio norteamericano y pecar de lo que siempre ha sufrido México: intervencionismo.
Dejemos a los norteamericanos resolver su entuerto con entera soberanía y démosle así una lección de política exterior y respeto a la democracia. Después, si quieren, podremos mostrarles, a petición de parte, algunos de los avances mexicanos en materia de elecciones, las mismas que han utilizado como sanbenito para denostar e intervenir.
Más, así como los norteamericanos tienen mucho por aprender, también de aquí para allá hay algo que aprender: la confianza y respeto del pueblo y partidos norteamericanos en sus instituciones y leyes. Nuestros partidos, primigenia y acentuadamente, nuestros candidatos, nuestros medios y ciudadanía en general, debemos aprender a respetar instituciones, normas y resultados. De nada servirán las décadas de reformismo electorero, en tanto no empezamos a comportarnos a la altura de lo que hemos construido.
Con igual sorpresa leí las declaraciones de la señora Sahagún el pasado fin de semana. Oronda afirma que la comunicación social no servirá más "para el culto a la personalidad", sino para la difusión de servicios y mensajes: "Nunca más a la promoción de los funcionarios, ni el culto a la personalidad como se hacía en el pasado a (sic) los encargados de la administración pública y mucho menos, el uso discrecional de recursos (resic) (Crónica 12 XI 00).
Tengo la ligera sospecha que la señora nos ha de creer idiotas, desmemoriados o descerebrados. Qué fue, si no culto a la personalidad, el gobierno en ausencia de Fox en Guanajuato. Los viajes interminables, las declaraciones sobre todo, excepto su responsabilidad pública, el uso del aparato de comunicación social del Estado y del gobierno todo para la construcción de su candidatura y el asalto y toma del PAN, ¿no fueron, acaso, promoción de funcionario y culto a la personalidad?
Qué fueron, si no culto a la personalidad, la construcción de la entelequia amigos de Fox, pantalla para financiar por el gran capital la precampaña y campaña de Fox, que no del PAN. Qué fue, si no culto a la personalidad, la imposición de su candidatura, equipo, programa y compromisos.
Qué son, si no culto a la personalidad, las botas, las palabrotas, las Hebillas.
Qué, si no culto a la personalidad, el querer imponer por sobre la ley su fotografía en las boletas electorales.
Qué, si no, el estandarte de la Virgen de Guadalupe, los tañidos de la campana de Dolores Hidalgo, la patineta, el caballo, la motocicleta, las conversaciones telefónicas con micrófono abierto, el sainete del hoy, hoy, hoy.
Qué son, si no culto a la personalidad, las misas en su natal San Felipe de Agualeguas, sus inescuchados programas sabatinos y sus declaraciones dominicales, previa misa, bendición, comunión y fotografía.
Qué, si no culto a la personalidad, la foxifiesta de tres días por toma de posesión.
Se equivoca, distinguida señora, los mexicanos sí tenemos memoria y capacidad de juicio. No ha existido en la historia de México un presidente que llegue con el culto a la personalidad construido en torno al presidente electo, y eso, en un país de tlatoanis, más que una fortaleza es un peligro.
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